Hoy es el día en el que el Estado Español festeja la «efeméride histórica del descubrimiento de América».
Personalmente no tengo nada en contra de aquellos que se sientan «españoles» y quieran celebrarlo. Al igual que existen catalanes o vascos o gallegos o valencianos que también festejan cierto día en el que se sienten «orgullosos» de formar parte de un grupo concreto.
Como llevo diciendo mucho tiempo, lo que no veo bien es que unos u otros pretendan considerar su posición como la única válida. En el caso de España, la situación es complicada, porque por una parte están aquellos «españoles» que consideran que el resto de «sentimientos nacionales» que existen en el estado no son válidos y no tienen sentido. Por otra parte existe el excesivo victimismo de algunos «catalanes», «vascos» o «gallegos» que a veces llega a ser tan estúpido como el nacionalismo español intolerante.
Así y todo, cabe decir que, por mi experiencia, pocos son los catalanes que he conocido que sean victimistas. Pocos o ninguno. Es decir, normalmente no se plantean si son catalanes o españoles: ellos tienen su lengua, su tierra, sus costumbres. Y el problema viene cuando alguien de fuera y de lejos trata de «joder» todas esas cosas. Aún así, procuran pasar.
Sin embargo, sí que me encuentro a mucha gente que podemos decir «española» -pero que tampoco se plantea su identidad nacional- pero que sí critica el hecho de que en Cataluña se trate de conservar sus propias costumbres. El simple hecho de defender la lengua ya es suficiente para tacharnos -y aquí ya me incluyo-, de nacionalistas, fascistas, etc.
Es decir: sí, hay posiciones estúpidas en ambos lados. Pero unos son más estúpidos que otros.
De todas maneras, cabe decir que todo esto es conflicto político. Todas estas discusiones no son más que un producto de los partidos que quieren ganar unas elecciones. El mejor ejemplo es el de valenciano/catalán: hasta que no se planteó como un tema político, la gente no se planteaba qué era catalán y qué era valenciano: simplemente los valencianos podíamos (y podemos) comprobar que el único sitio donde nos entienden en nuestra lengua sin problemas es Cataluña (y viceversa), cosa que evidentemente no pasa si hablamos del resto de España, o Francia, o Alemania.
Felicidades a los que se sienten españoles sin obligarnos a los demás a ser algo que no sentimos.
A los que quieren que todos nos sintamos españoles, que les den.
Publicado en Uncategorized